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Rasca-[cielos]

Vladimir Dietrich · March 7, 2022 ·3 min read

Creo que puedo deshacer un mito. El mito del "ultra, ultra billonario".

Tengo dos aspectos para abordar. Un aspecto es: un país es ultra, ultra billonario. Pero no reclamamos. Este aspecto permite decir que tanto el dinero de un país como de un ultra, ultra billonario serán inyectados en la economía. "Inyectar en la economía" no es lo que cambia. Envidia tampoco vale, sé que cambia, pues no envidiamos a un país, sino a una persona, tal vez. Pero este aspecto es soso. Hasta antiguo: comparar presupuestos de país con individuos y empresas ricas no es novedad.

Me gusta más el próximo aspecto a analizar. Involucra automatización.

El caso extremo es más fácil de comprender. Después, amenizamos los extremos.

En el caso extremo, el único dueño de una gigante y lucrativa empresa llega al punto de automatizar todo, sin perder, al contrario, aumentando, lucro y ventas.

Bajo el primer aspecto, solo cambia que es él quien decide cómo gestionar su propio presupuesto, no un grupo elegido por el pueblo.

Pero en el segundo aspecto, se pone interesante. Él automatizó tanto, pero tanto— cien por ciento — que en verdad ni él necesita estar en la empresa.

Y él muere. Pero la empresa vive.

Ahora vamos a exagerar, pues automatizar, y mucho, es cada vez más normal, no es exageración.

Imagine que todos los funcionarios, consejeros, accionistas, dueños, de todas las mayores empresas del mundo: google, amazon, tesla, louis vuitton (grupo lvmh), volkswagen, bosch, apple, bmw, todas empresas más ricas, que todos sus funcionarios, alta cúpula y dueños mueran. Pero que sus robots consigan mantenerlas todas, sin excepción, funcionando, sin ningún ser humano involucrado. Solo electricidad (ecológica, sostenible), publicaciones en instagram, ventas online, reposición de insumos y stock, fábricas y distribución automatizadas.

El dinero — trillones — solo tienen sentido con, para y por humanos.

Fábricas enteras trabajan gratis. Usando agua y energía autosuficiente. Manteniendo un planeta hasta mejor de lo que ya es.

No hay dinero para máquinas. Robots. Publicaciones automáticas. Camiones de entrega autónomos.

Esto significa cosas bien extrañas. Por lo menos hasta que podamos comprender mejor, despacito.

Llamamos a la naturaleza de "dios". De “regalo divino”.

Ella está ahí. Nos da todo. No pide nada a cambio. Agua, nutrientes, energía. Átomos, moléculas.

Pues todas las fábricas más ricas del mundo, con sus funcionarios, directores y accionistas desaparecidos, funcionando sin parar, sin ningún ser humano involucrado, pasan a, inmediatamente, no pedir nada a cambio.

Vamos a suponer que ellas estén abastecidas con energía y agua de manera autosuficiente. Vamos a pensar que trabajen con materiales reciclables — si pensamos en el nivel atómico, no hay cómo huir de definirnos todos como recicladores — de átomos del planeta — o sea, basta con tener energía autosuficiente para manipular átomos, y tendremos insumos eternamente reciclados. Átomos. Así como un árbol hace con lo que era, antes, una semilla.

Esto parece querer indicar que específicamente dinero — iniciamos con el término "ultra, ultra billonarios", o sea, dinero — está inexorablemente atado como uña y carne a nosotros, los famosos seres humanos.

Porque fábricas autosuficientes sin nadie pasan a tener la misma gracia divina de la abundancia sin pedir nada a cambio de las plantas y frutos que nos rodean.

¿Quién podría tratar de este tipo de tema?

Notas para expandir la mente.

  • Podemos ser naturaleza. Memes y “cosas producidas” somos naturaleza.
  • Destruir forma parte de construir. Forma parte del fenómeno de reciclar. Los átomos son iguales. Las empresas, no solo la naturaleza, inevitablemente construyen sobre algo que fue destruido. Nuestros átomos son los mismos de cuando Einstein o Sócrates estaban vivos. En algún lugar ellos están ahora — los átomos — (y de los muertos, restan los memes: la cultura, la información).
  • ¿Qué queremos con esto que inventamos — el famoso “dinero”? Si podemos ser como la naturaleza, o por lo menos empresas-robot pueden trabajar sin jamás saber lo que es un dólar o un bitcoin, el foco del dinero alcanza nuestras propias cabezas, pensamientos, deseos, vanidades.
  • Si usted puede imaginar empresas-robot lidiando con la escasez de manera automatizada y bien comportada, es aún más fácil dejar el foco del (mucho) dinero iluminar apenas a nosotros mismos. Lo que queremos no es una cuestión pequeña.
  • ¡Óptima lectura! :)