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❤️ Te Amo

Vladimir Dietrich · September 10, 2024 ·9 min read

La inteligencia artificial no sustituye la dedicación.

Al contrario: la IA elimina la dedicación.

El ejemplo más simple es, con un clic, transformar un informe denso en un gráfico hermoso.

Propongo que - ¿frecuentemente? ¿Raramente? - a veces no queremos el gráfico hermoso.

A veces, nos reconforta saber que alguien nos brindó gran parte de su tiempo, creando (antes de que la IA pudiera hacerlo con un clic) un gráfico hermoso.

Cuando este sea el caso, acompañará al gráfico hermoso una sensación de vacío.

Claro: no queríamos la solución final, queríamos la dedicación.

¿Qué dedicación es esa?

Es el regazo. Es creer que somos amados. Que alguien se importa. Que se esmeraron, para nosotros.

Si esta es la necesidad, sentir que el gráfico hermoso fue hecho con solo un parpadeo elimina el beneficio.

Esto puede ser una gran tontería. Puede ser que queramos la eficiencia. El producto final. El gráfico hermoso, el video, la presentación, el cohete, todo hecho por IAs y robots con un clic.

¿Pero puedo pedir que solo supongamos que mi razonamiento puede ser correcto? Solo para probar algo. ¡Gracias!

Suponiendo que queramos dedicación y atención, ¿qué nos entrega el mundo de las IAs y robots?

Este es el punto curioso: el mundo de las IAs y robots nos entrega no-dedicación-humana. Humanos ya no se dedicarán a hacer cosas que IAs y robots pueden y podrán hacer, lista que solo crece.

Tenemos nuestras necesidades básicas, como comer, dormir. Para este tipo de cosa, la eficiencia es una delicia.

Tractores plantando patata por gps, cosechando, camiones autónomos llevando a centros de distribución, drones y carros poniendo a disposición para todos. Robot en casa anticipándose a lo que falta en el refrigerador e yendo a buscar en el centro de distribución más cercano. Eficaz.

La parte final: la madre - o marido, primo, amiga - cariñosamente cocinando patatas con algo amoroso y otros platos, se encuadra en mi razonamiento sobre la dedicación. Cocinar es oportunidad para una dedicación amorosa.

Además de ir hasta el mercadillo a buscar patata, ¿qué sucede cuando el robot también cocina? Y nos sirve. ¿Perderemos la (dedicación de la) madre? ¿Perderemos el (valor del) marido? ¿El primo? ¿La amiga?

Claro que siempre podremos dedicarnos en todo aquello que la IA no haga.

A pesar de que esta lista de cosas que la IA no hace sea cada vez más exigua.

Para hacer algo que muestre nuestro esfuerzo y nuestro amor, propositalmente podremos, entonces, no usar ni IA ni robots.

¿Pero no es un poco patético hacer algo a mano solo para demostrar un sentimiento?

La intención no es nada patética: demostrar un sentimiento es todo bueno.

Patético es ir arrodillado hasta el mercado para demostrar esfuerzo, si tiene carro, si tiene carro que conduce solo, si tiene robot que va por usted al mercado.

Así, la IA y los robotitos pueden ir cercando nuestra capacidad de demostrar amor por la dedicación, por el esfuerzo.

¿Podemos demostrar amor por otras maneras?

Antes, cuando necesitábamos cazar, protegernos, huir, tal vez el exceso de tareas podía entorpecer la demostración de amor. No sé.

Pero también el exceso de no-tareas puede inhibir el amor por inhibir la dedicación.

El Robot Abnegado

La lógica permite arriesgar que, si admiramos la dedicación, y la dedicación pasa a suceder en robots e IAs, ¿adivina? Podríamos - por lógica - enamorarnos de robots. O por IAs.

Voy a ayudar a sentir la hipótesis.

Imagine aquel robot abnegado, que trabaja incansablemente por usted, o por su familia. Él no duda. No hace cuerpo flojo. Es subserviente. Anticipa lo que falta en el refrigerador. Va al mercado. Trae todo. Prepara cosas en buenos momentos. Barre el polvo. Limpia.

Ayúdeme no imaginando el robot del exterminador del futuro. Al contrario, un robot dedicado por décadas.

Listo: esa dedicación puede fácilmente causar conmoción. Principalmente después de un período más largo.

Si comienza desde bebé, haciendo todo para un bebé y luego niño, ¿cómo un mamífero irá a encarar tanta dedicación, aunque venga del robot, ni tanto de la madre humana? Puede incluso dar biberón con pico que simula el seno de la madre, exigiendo succión más fuerte y dando aquel placerazo de la fase oral del bebé.

Comenzando desde temprano, puede crear aún más impacto en las memorias, en los recuerdos afectivos, en las memorias implícitas de antes de un año, en la sensación de protección, de que alguien está siempre junto para apoyar. Aunque sea el robot. La IA.

Cien mil dedicaciones

¿Hasta qué punto "la madre" (padre, quien sea) es un sumatorio de cien mil dedicaciones en cerca de 30 años de vida?

Si la madre fuera cien mil dedicaciones más o menos cruciales, en cada fase de la vida - usualmente terminando con visitas esporádicas con los hijos ya bien más adultos - entonces podemos sustituir estas cien mil dedicaciones por acero y cables. Por robots. ¿No?

Como las facilidades domésticas no son revolución iniciada por la IA y sus robots, podríamos proponer que esta sustitución de dedicaciones ya viene sucediendo desde la invención de la lavadora en el siglo pasado, o desde el descubrimiento del fuego.

Si la madre post lavadora - y post air fryer, horno eléctrico, calentador de biberón, lavavajillas, olla de presión eléctrica que para sola, blanqueador limpia todo (etcéteras) - ya puede darse el placer de dedicarse menos, a comenzar por fregar menos ropas y caminar menos hasta el río más cercano, entonces podemos ya estar perdiendo la dedicación (¿la madre junto?) humana en los últimos cien años. O desde aún antes.

En este terreno peligroso, corremos el riesgo de pensar que cuando robots hagan todo por nosotros desde bebés, podemos arriesgar pensar que la madre, el padre, aquella cosa mamífera, se va junto con la no (necesidad de) dedicación.

Cada vez más cada uno de nosotros puede no dedicarse. Ni padre, ni madre, ni hijo.

Sin la dedicación, hoy, la madre de allá atrás puede ser recordada, allá en el siglo antes de la IA y robots, como una dictadura del humano que podía matarnos si no se dedicase a nosotros (y que después con dificultad conseguiría evitar cobrar un poco de agradecimiento).

Si es la dedicación que define mayoritariamente el concepto de madre (padre, hermano mayor, abuelo, etc), entonces mira el riesgo que corremos: la dedicación parece estar yéndose con IAs y robots.

Si es el pecho calentito que define madre, "pecho" y "calor" son reproducibles por IAs y robots. Ya cité, inclusive, la capacidad del pico de biberón reproducir la fuerza necesaria de succión del seno materno, manteniendo el importante placer oral para el bebé.

¿Y Protección? ¿Será "madre" "protección"? Protección es un tipo de dedicación, ¿no es así? IAs y robots pueden dedicarse a nutrir esta sensación desde cero minutos de vida.

El pasado aplastando el futuro

Mucha dedicación humana crea robots. Robots que sirven como cápsulas eternas de dedicación. Esas cápsulas eternas de dedicación retiran de las madres, de los humanos actuales y futuros, la posibilidad de dedicarse tanto como antes de la invención de estos robots e IAs.

Recordando que IAs y robots pueden ellos mismos producir más IAs y más robots, cada vez menos sobra espacio para el humano del futuro poder dedicarse a algo, como hacemos hoy e hicimos en los siglos anteriores.

Cada vez más tendremos que celebrar, apenas, la dedicación humana en el pasado.

Si amor, madre, equivale a la cantidad de dedicación, y si equivale específicamente a la dedicación humana (discordo que precise ser humana, siento, pero vamos a proponer), entonces podremos comenzar a ver "madres" y "amores" del pasado - las dedicaciones humanas del pasado - competir con las madres, los amores, del futuro.

Ya escribí sobre cómo es difícil para un profesor, por ejemplo de física o historia, competir con miles de videos de YouTube hechos por genios de física o historia en su ápice, en el presente y en el pasado.

Acabamos siendo aplastados por el talento de la humanidad del pasado, grabado y disponible para siempre.

Pero eso quedaba restringido a videos de youtube. Clases. Películas.

Incluso un atleta, siempre podría batir un récord del pasado, con cierta facilidad.

Madres, entonces, estaban totalmente protegidas: su dedicación era necesaria a cada hijo, a cada generación. No habría video que sustituyese el amor de una madre real, cuidando de un hijo real.

Ahora por primera vez aplico el razonamiento del profesor para las madres. Para los amores. Para la dedicación humana.

El robot encapsula dedicación.

De la misma manera que videos de youtube encapsulan las mejores clases y películas.

Humanos super-dedicados hoy programan IAs y construyen robots cada vez más dedicados. Encapsulando dedicación para el futuro.

Estos robots cada vez más dedicados, como videos de youtube cada vez mejores, hacen las madres del futuro cada vez menos necesarias, por lo menos en lo que respecta a la dedicación necesaria.

¿Hará falta esta dedicación a menos por parte de la madre, cada vez más sustituida por robots e IAs?

Es esta la pregunta que parece próxima de una esencia.

¿Suma la madre cuando robots hacen todo?

Ya podemos sentir, pues ollas de presión que se apagan solas y lavadoras automáticas ya son robotitos parciales. ¿Estos robotitos parciales están quitando la sensación de madre dedicada en la actualidad? ¿O no afectan la sensación de la madre dedicada? ¿O solo sabremos cuando robotitos hagan todo?

¿Suma el amor cuando robots hacen todo?

¿Amor es dedicación? ¿Qué es?

Cuando un robot sea avisado por su refrigerador que falta brócoli, y el sensor (¿en mí?) o un calendario con mis fechas preferidas señalen día de brócoli, o de picaña al ajo con arroz y papas fritas, y el robot busque y prepare todo y usted sienta aquel olorcito rico comenzando a venir de la cocina, ¿celebraremos el humano que apasionadamente resolvió este rompecabezas de tecnología, o celebraremos una eventual madre en el sofá, sin necesidad de recordar, ni comprar, ni cocinar?

¿Celebraremos la dedicación de quién? ¿Del robot? ¿De la madre en el sofá? ¿De las "madres" humanas del pasado que inventaron los primeros robots e IAs?

Si dedicación humana es sinónimo de amor, de madre, entonces madres y amores actuales y futuros recibirán la competición del personal, humano, que consiguió encapsular capacidad de dedicación en tecnologías que, hoy, o mañana, dejan a esta su madre de hoy o mañana, o este amor de hoy y mañana, haciendo casi ningún gesto, prácticamente parada.

Si la dedicación abnegada de un robot pudiera ser tratada como amor, como una madre, entonces puede seguir el olorcito del ajo comenzando a dorar encima de la picaña y puede ir allá a dar un abrazo en él, en el robot. Él va a entender - por lógica - el significado del abrazo. "¡Muchas gracias!"

"Te Amo". ❤️

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