← Back to all articles

¿Troncos en el universo?

Vladimir Dietrich · April 10, 2023 ·4 min read

Yo diría que aquellos de nosotros que estamos aferrados a una ideología, o a una pasión, estaríamos aferrados a un tronco de árbol en un océano un poco inmenso.

Al universo no le importa si te tiraste un pedo, eructaste, fuiste a la derecha o a la izquierda.

El universo es grande y sin conciencia, aparentemente.

Aferrarse al tronco de (su) Dios es un ejemplo más de intentar escapar de este naufragio inmenso, la inmensidad de un universo que no cambia, no siente, no quiere saber tu nombre ni tus pasiones.

Solo que hay gente muy inteligente, con mucho dinero y recurso aquí entre nosotros, en este planeta - sí, dinero y recurso solo vale entre nosotros, ¿al universo le importa? Entre nosotros vale: mueve personas aquí en el planetita azul.

Nuestro aspecto inteligente - aquellos de nosotros cuando tenemos tiempo para pensar - chapotea ir a Marte pero termina yendo a la esencia del ser - imaginemos clases de yoga, meditación, observar la propia mente.

¿Marte cura?

No tarda en percibirse que Marte no es la cura. Es la cur-iosidad. Una cura parcial, el alivio de una adicción o el placer legítimo de explorar.

Entonces la esencia del ser. ¿Cura?

Pero la esencia del ser también puede no curar. Puede ser apenas un tronco al que aferrarse, en un universo inmenso, que no le importa.

Observamos nuestra mente y nos desapegamos del propio "importar": no necesitamos que a nadie le importemos. Ni el universo.

Estoy saltando la parte en que "decir que no le importa" es un farol. Estoy yendo directo a aquel de nosotros que realmente se desapega de necesitar que a alguien le importe - suponiendo que esto sea posible.

Incluso ese aspecto de nosotros que supera la necesidad de que a alguien le importe. ¿Esa mente sofisticada consigue alejarse de ser apenas un tronco en el universo? ¿O al menos un barquito mayor?

¿Y aquella mente, con o sin lsd, que consigue descorrer nuestra parte que se siente plenamente conectado con todo y con todos, de átomos en el universo a todos los seres vivos en un planeta? Ahí sí, ¿será que finalmente tenemos mucho más que apenas un tronco para salvarnos en la inmensidad universal?

Sí, la mente - ni tanto Marte - nos silencia, calma, incluyendo poder tener noches ardientes de sexo - para no parecer algo aburrido y apenas quieto.

Podemos sentir aún más los placeres. La serpiente de tesón creciendo desde el inicio de la columna, inundando el cuerpo todo, con cada vez menos tensiones, trabas, con cada vez más camino libre, con una mente atenta, íntima de todo. Inundando, esparciendo ondas de placer de - pero no más que eso - revirar los ojos (y mil otras consecuencias posibles).

¿Placer entonces?

Ese es el tronco del placer.

El tronco que más entrega perspectiva de vida. Este tronco incluye no solamente el tesón allá en el vientre, sino también todas las preliminares y puntos de placer - hasta mismo una cena, tanto por la comida en sí, cuanto por el ritual. Un millón de placeres posibles.

El universo tampoco le importa que el placer tenga una utilidad que nos trajo aquí desde muy lejos: sobrevivir, huir del dolor, comer, reproducir. El universo tampoco está ni ahí que el gen, no el cuerpo, es que se haya programado para durar más de un siglo.

Pero vuelvo: tal vez percibamos, o no dejemos de percibir, que incluso el placer se trata de un tronco al que aferrarse en un universo bien grandecito (y que no le importa).

recebendo uvas na boca
recebendo uvas na boca

Incluso con placer, incluso con la mente limpia, hasta incluso yendo a Marte o - de moda estos días - hasta mismo con un chatGpt resolviendo todo para nosotros, colocando uvas en nuestras bocas y nosotros no necesitando más trabajar (en este caso auxilian el chatGpt varios brazos robóticos, carros y camiones autónomos - al final las uvas necesitan ser entregadas en nuestras bocas, gratis, sin ningún humano a ser pagado en este camino que transforma (cada vez más) energía y átomos en cosas para nosotros: la teoría de los árboles-robots, como árboles de frutas).

Incluso así puede ser difícil esconder que el universo es grande y, tal vez por eso, necesitemos aferrarnos en ideologías, religiones, teoría del placer, viajes interestelares.

Al menos en el camino para ningún lugar no hay cómo huir del placer, qué delicia.